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LUCAS FERRARO: Amar la periferia

El actor argentino será uno de los personajes clave del ‘spin-off ‘de la exitosa serie española Vis a vis. Curtido en cientos de batallas escénicas, ama volver a la esencia de la actuación haciendo teatro a la gorra u ocupar un lugar secundario en el complejo mundo de la actuación. 

Cepo y Julito. Lucas no emprendió solo su cuarta aventura en España. Con él se trajo a ese muchacho autista que será uno de los protagonistas del spin-off que prepara la exitosa serie española Vis a vis. Pero tampoco quiso dejar a su adorado marinero provinciano, que tantas alegrías le ha dado en las funciones del under marplatense y porteño. Y aquí se encontró sin preverlo a Pablo, ese chico que se convirtió en icono gay después de enamorarse de Bruno en la película Plan B

A sus 42 años, Lucas Ferraro, sigue haciendo del trabajo de actor una profesión de pico y pala, de ganarse cada papel con esfuerzo y castings, como el primer día, allá por 1997, cuando tuvo que dejar la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires para rodar su primera serie en la televisión argentina (Socios y más). Desde entonces no ha dejado de trabajar, ya sea para la TV, el cine o el teatro. O de generarse sus propios trabajos, impartiendo talleres de actuación o volviendo a las bases, con teatro a la gorra. 

Aunque ha participado en proyectos populares o exitosos (Costumbres argentinas, Tiempo final, Casi Ángeles, Botineras, Los sónicos o El otro, en televisión; Como mariposas en la luz o el propio Plan B en cine), cuenta que nunca ha podido darse el lujo de elegir trabajos. “Sí me ha pasado de decir que sí a algo y luego tener que descartar otra cosa que me han propuesto por estar ya embarcado en la primera”, nos explica mientras charlamos un mediodía de diciembre en un café de Madrid, una ciudad que no le es para nada extraña. 

En la capital española aterrizó el pasado mes de octubre, convocado por la serie de Fox que, durante cuatro temporadas, transcurre en una cárcel de mujeres en España y que protagonizan las españolas Najwa Nimri y Maggie Civantos. Lucas ha viajado para rodar el epílogo de la serie, para saber qué ha sido de estas dos reclusas, Zulema y Maca, años después de salir de prisión. Con ellas se cruzará en el hotel que regentea su madre (la conocida actriz argentina Ana María Picchio) en Almería. 

“Cepo y su madre son una familia mendocina que tienen un hotel en el desierto almeriense de Tabernas. Él es un personaje raro, sufre un leve autismo y epilepsia, se ocupa de las maletas y las toallas, y aparece desde el primero hasta el último capítulo de Vis a vis, el oasis y comparte muchas escenas con las protagonistas”, adelanta Lucas lo poco que se puede saber de la serie. “Es el antes, el durante y el después de un robo, con miles de flashes temporales y un ritmo súper vertiginoso”, agrega. 

Sí puede contar todo lo que está disfrutando: “No conocía a ninguno de los actores españoles pero, al empezar a rodar en Almería todos juntos fue como un viaje de egresados, vivir algo intenso y lindo, todos a una. Se generó muy buena onda. Me lo estoy pasado bárbaro”. Y así será hasta finales de enero, cuando acabe esta cuarta aventura española que, espera, no sea la última. 

Teatro, para volver a las bases

Para que no se diluya ese idilio que vive cada vez que viene a España, ya sea a Madrid, Barcelona o Ibiza, ciudades en las que tiene amigos y afectos, ha querido estrenar en la capital esa joyita teatral que lleva unos años interpretando, titulada 2ª Princesa. Se trata de un unipersonal escrito y dirigido por Alejandro Schiappacasse que Lucas empezó mientras vivía una temporada en Mar del Plata y que, sin esperarlo, fue nominado a los premios Estrellas de Mar.

“Haber apostado por un proyecto así, en el que tienes que llamar, convocar a la gente para que se acerque a verlo, me mantuvo en pie todo este último año y te alimenta también una parte de tu alma. Todo lo que sucedió después con la obra, al final te das cuenta que es un causa-efecto”, reflexiona el actor porteño. 

“Sin saber que iba a poder hacer la obra acá, me traje la ropa de Julito y, por suerte, se dio la posibilidad. Así que salí a buscar la escenografía, parte la encontré en la basura -¡es impresionante las cosas que tiran!- y otra parte la compré en el Rastro. Estuvo buenísimo poder realizarla”, detalla. Julito es ese pescador con acento del Litoral, que trabaja en una pequeña localidad costera y que, desde la soledad de un calabozo, nos va desvelando, con ternura, con gracia y con angustia las circunstancias de su vida que lo llevaron hasta allí. 

Aún sin cambiar los términos y modismos tan argentinos de la narración, una repleta sala Nueve Norte de Madrid, con gente sentada hasta en el suelo, aplaudió a rabiar la preciosa, divertida y, a la vez, conmovedora interpretación de Julito en el estreno madrileño de 2ª Princesa, el pasado mes de diciembre. Tan buena fue la acogida, que habrá una segunda función el próximo 22 de enero, en el mismo escenario.  “Intentaré adaptarla un poco,  aunque creo que el público español la entendió bien”, piensa Lucas en voz alta y sueña con poder pasear el montaje por Ibiza y otras ciudades de España. Ahora, o a partir de abril, cuando vuelva para el estreno de Vis a vis, el oasis.

“Después de este papel, me dijeron que me iban a llover las propuestas laborales”

La quinta puede ser la vencida

Su primera incursión por tierras españolas fue en 2004, para rodar la coproducción cinematográfica hispano-argentina Como mariposas en la luz, ópera prima de Diego Yaker, por la cual fue nominado como actor revelación tanto al premio Sur, como al Cóndor de Plata. La participación en un capítulo de la mítica Cuéntame cómo pasó fue la excusa para volar en 2017. 

Antes, en 2009, había vuelto a la península con la idea de quedarse aquí a probar suerte y, de hecho, mal no le fue porque en el poco tiempo que estuvo participó en las series Los hombres de Paco y Yo soy Bea, pero tuvo que volver a Argentina para formar parte del elenco de Botineras, telenovela policial de Sebastián Ortega. Ese mismo año protagonizó Plan B, el filme sobre una pareja de chicos homosexuales, dirigida por Marco Berger, por el que fue premiado como mejor actor en los festivales Zinegoak de Bilbao, Filmout de San Diego y Queer de Lisboa.

Las vueltas de la vida, la película se ha vuelto a proyectar el pasado mes de noviembre en el Festival LesGaiCineMad y, aprovechando su presencia en Madrid, Lucas fue invitado a hablar de este largometraje que marcó un hito en Argentina, porque se estrenó el mismo año que se aprobó la ley de matrimonio homosexual. “Después de este papel, que tuvo mucha repercusión, me dijeron que me iban a llover las propuestas laborales”, se sonríe el actor recordando las fallidas premoniciones que le hicieron. 

Pero lejos está de lamentarse: “Amo el lugar periférico que tengo, con sus pros y contras. A pesar de no darme el lujo de poder escoger un trabajo, que los casting sean como un billete de lotería, tan curtido con las negativas… Pero sí puedo pasear tranquilo, por ejemplo”. Y así se va, andando, tranquilo, de vuelta a su casa de Malasaña, pensando que le queda poco para acabar esta nueva aventura ibérica y volver a ver a su perra Nala en Parque Centenario, pero sabiendo también que estas por las que camina ahora son ya sus otras calles. 

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