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Los argentinos Mario Bidart y Gabriela Tassile tienen casi listo para sacar del fuego un proyecto que marida a la perfección la lírica, la zarzuela o la música de cámara con la mejor gastronomía. Solo hay que sentarse a la mesa y dejar que disfruten los cinco sentidos.

No había a principios del siglo XIX, en Viena, un plan más atractivo que asistir a una schubertiada. En estas reuniones caseras, organizadas por los amigos del exquisito compositor para ayudarlo con su exigua economía, se cantaba, bailaba, bebía, comía, conversaba y, sobre todo, se estrenaban las más reconocidas obras de Schubert.

El espíritu de estas veladas nacidas en el contexto de una Europa impregnada por el Romanticismo es el que ha inspirado a los argentinos Mario Bidart y Gabriela Tassile para crear Ópera Gourmet, un proyecto que aúna la música y la gastronomía en un solo menú y que sueñan con servir por toda España.

Antología manchega. Huevo escalfado sobre migas, con toque de azafrán y flores de malva. En maridaje con: “Canción del sembrador”. La rosa del azafrán, de J. Guerrero

Antes de que sus propios protagonistas nos expliquen esta iniciativa que llevan más de un año cocinando a fuego lento, vamos a presentarlos.

Mario es un publicista de formación y melómano de corazón que llegó a España hace casi 20 años. Fue aquí donde conoció a Gabriela, recién emigrada igual que él y que tantos otros argentinos que aterrizaron en la península con la crisis del corralito. “Nos conocimos hace más de 15 años, cuando yo editaba una revista argentina, Zona 25, y me presentaron a Gabriela, una jovencita inocente, con trenzas, que vendía empanadas argentinas. Enseguida nos hicimos amigos y la fiché para que se encargara de la sección gastronómica de la publicación”, recuerda Bidart. “Desde entonces, siempre pienso en ella cuando tengo algún proyecto ligado a la gastronomía. Si me dice que no, entonces lo dejo”, agrega.

Gabriela, por su parte, mucho ha crecido y recorrido desde aquellos inicios con la venta de empanadas. Hoy es asesora gastronómica de un montón de firmas, tiene su propio servicio de catering, forma a los concursantes de Masterchef, cocina para Richard Gere cuando viene a España y colabora también con nuestra revista, entre muchas otras cosas. “La idea me encantó, aunque me daba mucho vértigo, porque para mí significa dar un salto de calidad espeluznante, además de traducir en comida muchas emociones a través de las descripciones que ellos me hacían ”, afirma sentada, cómo no, desde su cocina, en una entrevista a tres por vídeollamada.

Hay una tercera protagonista, a la vez eslabón entre el trabajo de Mario y Gabriela, que es Vanessa Martínez, cantante, directora de escena y de la compañía teatral Teatro Defondo, además de esposa de Mario y designada para ser la sommelier de Ópera Gourmet. Y es que la esencia de estas veladas gastro-líricas es el maridaje. “Así como no cualquier plato combina con cualquier vino, pensé que podíamos trasladar este concepto a las composiciones que forman parte de los espectáculos que diseñamos”, explica Mario.

Magré arabesque. Magret de pato con bigarrade de frutos rojos, perlitas de cebolla y pinceladas de manzana asada. En maridaje con: Cuarteto en Gm Op. 10, de C. Debussy

Después de muchas reuniones virtuales durante la pandemia. el equipo, que se completa con reconocidos artistas del mundo de la ópera en España y en el mundo, fue puliendo la idea inicial de maridar la cocina con la música. El resultado que tienen preparado para poner en las mesas de eventos de empresas, celebraciones familiares o de amigos, son tres tipos de menús diferentes: ópera, zarzuela y cámara.

“Para cada uno de ellos, Vanesa y el barítono Antonio Torres prepararon un repertorio cuyas canciones iban compartiendo con Gabriela, contándole de qué hablan, qué le pasa a cada personaje, en qué época fue escrita, poniéndola en contexto para que ella pudiera diseñar los platos a partir de estas historias”, señala Mario. Sin perder de vista nunca el maridaje, alma de Ópera Gourmet, con cada ingrediente elegido en función de algún elemento de la composición musical.

“Con los comensales en la mesa, Vanessa introduce cada tema explicando por qué estamos degustando la elaboración que lo acompaña. Por ejemplo, si Rigoletto es un bufón de la Corte cuya misión es hacer reír a los demás pero, al mismo tiempo, esconde una gran tragedia, el plato que ha creado la chef consiste en una ensalada colorida, alegre y visual que esconde un foie gras, símbolo del hígado donde se aloja el dolor del personaje”, profundiza la chef. O sirven unas migas castellanas para disfrutar de Canción del sembrador que habla de la tierra y de la siembra.

“El desafío era traducir cualidades y sentimientos en sabor”, dice Gabriela. Algo que al parecer, ha logrado con creces, según el relato de Mario: “Mientras trabajábamos en el proyecto, nos caímos el pasado mes de junio, cuando había permiso, todo el equipo en la cocina de Gabriela. Sopranos, barítonos, contraltos, ayudantes de cocina. Alberto (Arrabal), uno de los barítonos, tras probar la comida se enamoró de Gabriela, la abrazaba y le daba las gracias”.

Caneloni homenaje a Rossini. Rollito de berenjenas asadas con tomate a la albahaca, aguacate con miel de caña y sésamo. En maridaje con: “Una voce poco fa”. Il barbiere di Siviglia, de G. Rossini

Para imaginar la puesta en escena de Ópera Gourmet, hay que pensar en un espacio con una o varias mesas y un pequeño rincón para los músicos. Con un piano sonando permanentemente, una música instrumental que recibe a los comensales y que luego pasa a formar parte protagonista de la comida o la cena. “En nuestro show, los músicos no están en modo funcional, no son el entretenimiento, están al mismo nivel que la comida, mientras la sommelier hace de maestra de ceremonias y, en algún momento, también aparece la chef en escena, por supuesto. Todos cumplen un papel principal y fundamental”, resalta Bidart.

“Entre platos, entreplatos y postres, los invitados al final se van sabiendo muchas cosas, disfrutando de anécdotas, descubriendo secretos, con una experiencia multisensorial completa”, asegura Mario. Gabriela, que hasta que se sumó a la aventura propuesta por su amigo era una gran aficionada a la música pero solo escuchaba ópera cuando se ponía a limpiar, completa la sensación que te queda en el cuerpo después de una función: “Te hace entender con el paladar, la mente y el oído cada bocado”.

No solo eso. La ópera se escapa por un rato de los teatros reales y otros pomposos foros para quitarse esa herencia que la suele ligar más a lo elitista y acartonado, para sentarse a una mesa distendida y relajada, puesta para que la pueda disfrutar y, sobre todo saborear, cualquier tipo de público.

Completan el equipo de Ópera Gourmet:

Alain Damas, tenor, Belén López, soprano; Facundo Muñoz, tenor; Rosa Miranda, soprano; Carlos Díez, director musical.

Betiana Baglietto

Periodista, escribidora. Con un pie en cada orilla. Más de 10 años en España, y aún no pierdo el acento. Loca por Bruno y Mateo

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